En España ha habido más de 2.000 casos de corrupción desde al año 2000 y tocamos a más de 100 por año o uno cada 3 días. El listado es inabarcable y salpica a la flor y nata de nuestro arco parlamentario:.

La corrupción cuesta a los españoles 90.000 millones de euros cada año, lo que representa casi el 8 % del Producto Interior Bruto (PIB), según un informe difundido por el Grupo de Los Verdes/ Alianza Libre Europea, que coloca a España como el sexto país con más pérdidas por corrupción de la Unión Europea (UE). Para ponernos en perspectiva, esa cantidad equivale a 2/3 de lo que nos gastamos en pensiones en España durante 2018.

Dada que es un delito cuya envergadura y repercusión social es alarmante quizá sea hora de que la respuesta de la sociedad sea también proporcional, en forma de penas de Prisión Permanente Revisable hasta que no se reintegre la cuantía demandada. Si un delito como la corrupción alcanza el importe del gasto en pensiones será hora de admitir la derrota de la democracia como sistema de gobierno y antes de que lleguemos a tales cotas, cualquier medida parece razonable…

Si aun así, la corrupción persiste frente a la promesa de una Prisión Permanente Revisable podremos declarar, sin temor a equivocarnos, que la avaricia es más fuerte que el deseo de libertad para ciertos humanos.