El espectáculo debe continuar y aunque las fechas son las menos propicias para la política ¿qué puede haber más importante que España?

Hoy me ha pillado con un compromiso navideño y solo he podido ver el resumen en el telediario. En cualquier caso, tengo claro que no me he perdido nada nuevo.

Empecemos por lo mejor del debate de investidura: ver a sus señorías trabajar un sábado. ¡Gracias Pedro, eso que sí me ha llegado al corazón!

Y ahora pasemos a lo peor, el resto. Hoy hemos vuelto a ver como todos los partidos están muy preocupados por España, por lo que pueden sacar de España, ¿qué pensabas? Todos tienen razón, lo digo como lo siento: es lo que tienen las medias verdades, tras la apariencia de verdad, se esconde la mentira gorda y peluda, aunque de entrada suene razonable. ¿Les compramos los argumentos navideños? Veamos.

  • El PSOE puede decir que el miedo del PP a que se rompa España es fingido. De ser cierto su miedo, bien podrían haber facilitado la investidura de Pedro Sánchez ¿no? Venga, me lo compro.

  • El PP tiene razón en que España puede romperse y hundirse bajo Pedro Sánchez y que a Pedro lo único que le importa a Pedro es el sillón del Palacio de la Moncloa y vendería al país por obtenerlo. No hay más que ver los vídeos que circulan con sus contradicciones sobre el tema. También lo compro.

Ambos tienen razón, porque tanto a los unos, como a otros, les importa un rábano España; sólo miran por sus intereses. El lema del 15-M PSOE-PP la misma mierda es, sigue estando tan vigente en 2020, como en 1980.

Tanto Vox como Podemos cada uno en su extremo son partidos que quieren atraer al PP y al PSOE hacia su extremismo, hacia el enfrentamiento directo de las dos Españas guerra civilistas que tan acertadamente retrató Ortega y Gasset.

Así, todos y cada uno de ellos vuelven a hablar en sus claves políticas personales y ninguno de ellos habla en la clave política del ciudadano de a pie que no se encuentra representado en absoluto.

Creo que Don Benito Pérez Galdós, allá donde se encuentre, ha hecho coincidir el debate de investidura con la celebración del centenario de su fallecimiento. Puedo oír sus carcajadas. Para quiénes no le hayan leído les parecerá que el debate de investidura tiene alguna novedad, algún interés. Para quienes hemos disfrutado de la lectura del maestro tenemos claro que España no ha cambiado en absoluto en los últimos 200 años.

En cuanto a la estructura del debate ha sido la clásica de los últimos 40 años de debates:

  1. Yo lo hago muy bien y los contrarios son unos malvados peligrosos.
  2. Yo vengo a salvar a España de caer en las garras de esos malvados peligrosos, a poner orden, crear armonía, amén de repartir progreso entre los ciudadanos.
  3. Si yo soy eso de lo que me acusas, tú más.
  4. En el fondo nos importa un rábano lo que me digan sus señorías, yo voy a lo mío y lo venderé diciendo que es lo mejor para todos.
  5. Si me conviene saltarme las reglas para mi beneficio, lo haré alegando que es para beneficio de todos los españoles.
  6. Yo cobro por hablar (perdón, por blablear) ¿tú no?

En resumen, el lema del 15-M: Que no, que no, que no nos representan sigue en vigor, con más fuerza que nunca. Mientras les regales tu voto durante toda la legislatura y no haya democracia directa, habrá sesiones de teatro parlamentario, porque el espectáculo debe continuar.

Salud, Don Benito!

Posdata: Si tampoco lo han visto no creo que se han perdido nada ;-)